martes, 29 de enero de 2008

SAFO de LESBOS


Safo (en griego, Σαπφώ; en eolio, Ψάπφω) (Lesbos, actual Mitilene, Grecia, ca. 650580 adC). Poetisa griega.

Safo
Safo
Pocos datos ciertos se tienen acerca de Safo, de cuya obra se conservan apenas algunos poemas y fragmentos extraídos de citas tardías (tradición indirecta) y de papiros. Vivió toda su vida en Lesbos, isla griega cercana a la costa de Asia Menor, con la excepción de un corto exilio en Sicilia en el año 593 adC, motivado por luchas aristocráticas en las que se encontraba comprometida probablemente su familia perteneciente a la oligarquía local. El contenido amoroso de sus poemas propició toda clase de habladurías, rumores y noticias falsas sobre su vida. Sus poemas fueron acogidos con entusiasmo desde la antigüedad, se recitaban y se conocían en la Atenas del s. V a.C. Otro tanto sucedió mucho más tarde en Roma en donde los poetas latinos alaban sus poemas.

Safo, junto a su compatriota Alceo, son considerados los poetas más sobresalientes de la poesía lírica griega arcaica, de la que Terpandro y Arión son únicamente oscuros precedentes. Son, además, los únicos representantes de una producción literaria lesbia.

De su obra, que al parecer constaba de nueve libros de extensión variada, se han conservado también ejemplos de lo que podríamos denominar lírica popular en algunos epitalamios, cantos nupciales que adaptó de canciones populares propias de los amigos del novio y de la novia que se improvisarían en las bodas. Estas canciones se diferenciaban del resto de sus poemas, más intimistas y cultos para los cuales creó un ritmo propio y un metro nuevo, que pasó a denominarse la estrofa sáfica.

Aqui algunos de sus poemas dedicados a su amada

En la Distancia

De veras, quisiera morirme. Al despedirse de mí llorando, me musitó las siguientes palabras: "Amada Safo, negra suerte la mía. De verdad que me da mucha pena tener que dejarte." Y yo le respondí: "Vete tranquila. Procura no olvidarte de mí, porque bien sabes que yo siempre estaré a tu lado. Y si no, quiero recordarte lo que tu olvidas: cuantas horas felices hemos pasado juntas. Han sido muchas las coronas de violetas, de rosas, de flor de azafrán y de ramos de aneldo, que junto a mí te ceñiste. Han sido muchos los collares que colgaste de tu delicado cuello, tejidos de flores fragantes por nuestras manos. Han sido muchas las veces que derramaste bálsamo de mirra y un ungüento regio sobre mi cabeza."

A Una Amada

Paréceme a mí que es igual a los dioses el mortal que se sienta frente a tí, y desde tan cerca te oye hablar dulcemente y sonreír de esa manera tan encantadora.

El espectáculo derrite mi corazón dentro del pecho. Apenas te veo así un instante, me quedo sin voz. Se me traba la lengua. Un fuego penetrante fluye en seguida por debajo de mi piel. No ven nada mis ojos y empiezan a zumbarme los oídos. Me cae a raudales el sudor. Tiembla mi cuerpo entero. Me vuelvo más verde que la hierba. Quedo desfallecida y es todo mi aspecto el de una muerta...


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